Pensamientos negros me acechan…
Cuervos vigilan la calle… En la soledad se percibe la quietud de un silencio tenso… Ni los árboles se atreven a susurrar… Silencio…
Poco a poco todos los ojos de negro plumaje se dirigen hacia mí desde sus atalayas. Siguen mis movimientos, amenazantes…
Pensamientos oscuros me invaden.
Un graznido me paraliza… le sigue otro y otro… Uno a uno van bajando de los tejados, me rodean… Vuelan en círculos lentamente, se van acercando, aceleran su vuelo… Me alcanza con sus poderosos picos… me devoran.
El dolor se hace cada vez más intenso, voy desapareciendo en hilos rojos de sangre… Sólo veo plumas negras y picos ensangrentados en diabólico torbellino. Me convierto en mirada pura, en ojos abiertos condenados a la eternidad.
Mirada ensangrentada rodeada de plumífera negrura.
En recuerdo a las solitarias calles de Longbenton, Newcastle.